
Si Enrique Peñalosa, cuando usted sea Presidente, viene a pedirle un trabajo para una prima, sin meritocracia, ¿usted qué le diría?
Que no.
¿Aún siendo Enrique, que lo estuvo acompañando en toda la campaña?
Regla es regla. La cultura genera la obligación de reciprocidad: usted me hizo un favor y por lo tanto yo le puedo pedir que me lo pague. Pero en los procesos en los que andamos no andamos haciendo favores, andamos construyendo un proyecto colectivo y hay reconocimiento y amistad, pero no para gastar los recursos públicos.
¿Si una persona que sabe que va a llegar tarde al trabajo y que si llega tarde lo despiden, le puede pedir a la Policía que la acerque?
No. La persona puede pedirle el favor, claro, pero el Policía no le va a decir que sí, le va a decir “no estoy para este oficio”. Si lo pregunta por mi caso, el Policía estaba cuidando mi vida, su función es transportarme y cuidarme, cuidarme mientras me transporta.
Usted siempre habla de confianza pero, ¿en quién no se puede confiar?
En quien traiciona la confianza. Si hacemos el juego y yo la dejo caer, pues usted no confía en mí. La regla es ‘desconfío de aquellos que no han estado a la altura de la confianza’. El mundo ideal es confío en todo el mundo.
Usted ha dicho que quiere continuar con la política de seguridad democrática, lo que implica arremetida militar contra los ilegales. ¿Podría inferir que la vida de los guerrilleros es menos sagrada que la de los civiles?
La sacralidad de la vida tiene una excepción en los estados contemporáneos. La Constitución prevé una Fuerza pública que puede acabar con la vida precisamente para conservar la sacralidad de la misma. Si algún día nos inventamos un detector magnético de intenciones de matar, le pondríamos anestesia para que no pueda matar. Mientras tanto, tenemos que usar la fuerza para evitar el uso de la fuerza por parte de civiles.
¿Cómo hacemos para llegar al próximo Mundial de Fútbol? Me encantaría hacer una competencia entre la ida al mundial y la ida al mundial de matemáticas y ciencias y que todo el mundo escogiera entre las dos cosas. Me gusta de las dos cosas el deseo de ubicarse planetariamente. Shakira es una ubicación planetaria, Colombia en el planeta. Hay que preguntarle a Shakira cómo lo hizo. O bueno, a Juanes.
¿Qué va a hacer con Chávez si empieza a hablar de usted como habla de Uribe? Al paso que vamos, a punta de periodistas curiosos.. (risas) esa sola pregunta revela que se ha vuelto un personaje central en la región. La gente quiere que pasen cosas, por eso siempre pregunta de reacciones a situaciones hipotéticas.
¿Qué es lo que más le aburre de ir punteando las encuestas? Que a veces gente cercana se angustia mucho. A veces siento que estoy manejando en una zona con curvas peligrosas y me aburre que alguien me coja el timón justo en la más peligrosa. También me aburre cansarme.