Katherine no conoce la vergüenza, la desidia, el decoro, la mojigatería y el achante

lunes, 15 de marzo de 2010

Las cuotas masculinas en pie de lucha en el día de la mujer


Por Katharina Langer*

Sobre todo el 8 de marzo, en el día de mujer, mucho se habla de las “cuotas femininas forzadas” que quieren imponer algun@s polític@s con alguna ley en ciertos sectores de la sociedad y en su mayoría supuestamente en contra de nuestra voluntad.

¿Han escuchado hablar de cuotas masculinas? ¿No? ¿Será porque no existen o más bien porque es un secreto a voces, que además asumimos como parte de la normalidad en la que vivimos, que los mejores puestos de trabajo que posibilitan un mayor ejercicio de poder, mayor ganancia económica y más influencia en la sociedad están reservados para la especie masculina por nada más ni nada menosque el mérito aleatorio de haber nacido varón en esta vida?

Queda demonstrado que la práctica excluyente de las cuotas masculinas no nos inquieta ni en lo más mínimo. Sin embargo surge a menudo la pregunta de por qué hacen falta las cuotas reservadas para mujeres en puestos públicos, como también en la economía privada. Much@s no queremos dar o recibir un puesto de trabajo por caridad sin que juegue un papel decisivo la formación profesional y la apttud para el puesto para el cuál aplicamos, aunque con eso no quiero decir que los puestos de cuota siempre se den a mujeres o personas menos calificadas.

Las mujeres queremos ser tratadas igual que nuestros cohabitantes terrestres masculinos – ni mejor ni tampoco peor. Queremos tener los mismos derechos, las mismas oportunidades, las mismas opciones, las mismas seguridades, el mismo acceso a educación y salud pública, la misma libertad de decisión, tanto con respecto a nuestra vida privada como a nuestra vida laboral, y como ciudadanas de un país tener todos los derechos políticos. Quisieramos no sentir miedo cuándo caminamos por la noche en la calle, quisieramos no tener que decidirnos entre tener hij@s o tener éxito en la vida profesional, quisieramos ser dueñas de nuestras vidas sin tener que dejarnos encasillar por la sociedad en las categoría de madre o puta.

Bonita la idea e imprescindible el sueño de un mundo mejor que, eso sí, no debemos perder de vista jamás. Lamentablemente la realidad es otra. Nos encontramos ante la situación de que las mujeres simplemente por pertencer al género al que pertenecemos nos vemos discrimnadas por vias múltiples.

Las mujeres somos las pobres de este planeta. Mundialmente hablando cuentan las mujeres con el 10% de los ingresos, el otro 90% se lo llevan los hombres y de las personas que viven en absoluta pobreza el 70% son mujeres.

Una de cada tres mujeres en el mundo termina siendo víctima por la violencia de género (maltrato físico y psíquico, violencia sexual, etc.) que es una violencia dirigida hacia nosotras, en su gran mayoría ejercida por los hombres, solamente por el hecho de ser mujeres.

A las mujeres nos toca llevar una carga doble al tener que apersonarnos del trabajo por fuera y por dentro de la casa, la crianza de l@s nini@s y el cuidado de l@s mayores. Por estas circunstancias tenemos menos tiempo para seguir una educación y menos posibilidades de conseguir un trabajo de jornda completa. En la mayoría de los casos la mujer solamente tiene un trabajo de medio tiempo o queda totalmente excluida del mercado laboral Las dos opciones significan pobreza a largo plazo porque sin sueldo o con un sueldo más bajo se minimizan proporcionalmente eldinero de jubilación o en su caso los beneficios de servicios públicos atados a una actividad laboral. Colombia presenta con el 22% unas de las cifras más altas de desempleo femenino en América Latina.

Aparte de eso las mujeres recibimos sueldos mucho más bajos que los hombres, muchas veces inclusive por el mismo trabajo y en todo caso porque los trabajos típicamente femininos son peor pagados y porquelas mujeres no llegan a las esféras más altas del poder dónde se pueden encontrar los trabajos bien remunerados sea por la falt de educación, de tiempo disponible o por la dificultad de abrirse camino en el “terreno masculino”. El promedio salarial de las mujeres en Colombia es el 25% más bajo que el de los hombres.

Las mujeres no tenemos representación adecuada a nivel político. En el período legislativo del 2006 al 2010 en Colombia se encuentran solamente el 8.4% de mujeres Representantes a la Cámara y el 12% de mujeres Senadoras de la República (los porcentajes más bajos de toda Latinoamérica).
No todas las mujeres hacen política específicamente para mujeres pero la suerte de encontrar a un hombre que respalde y empujelos derechos de la mujer es definitivamente menos probable. Como sector de la sociedad con poder decisivo, poder de influencia sobre el discurso público y poder de cambiar cosas, nunca debemos restarle importancia a la política. Además siempre hay que ser conciente que la mayoría de l@s polític@s reciben su legitimidad del voto popular lo cuál significa que es su obligación, y algo que hay que exigirles siempre, gobernar a favor de tod@s nosotr@s, no solamente de una parte de l@s habitantes de un país. A la hora de aprobar una nueva ley debe ser tenida en cuenta tanto la perspectiva femenina como la masculina. Se ha visto que el marco legislativo tiene repercusiones diferentes en el hombre y en la mujer, ya que sin pensar en las realidades sociales diferentes que viven los dos géneros se puede llegar a agravar la discriminación emenina sin haberlo intencionado.

Como si todo esto fuera poco a la mujer le han puesto precio de venta en el mercado. El culto a la belleza física nos está esclavizando. Vivimos en un mundo medial dónde el valor de la mujer está casi única y exclusivamente definido por el deseo sexual que puede vocar en el hombre. Asi la mujer “bonita” se ha convertido en un símbolo de estatus social para el hombre, los ricos y poderosos siempre se ven acompañados de mujeres bellas.

Nos guste o no reconocerlo: nadie renuncia voluntariamente al poder que tiene, como tampoco lo harán los hombres. Por más que las mujeres tengamos que ser activas y seguir en pie de lucha por nuestros derechos e intentar ganarnos el espacio que nos merecemos sin rendirnos nunca, hacen falta reglas y sanciones para que eso sea posible. Si en el año 2010 nos sorprendemos con semejante situación de desigualdad entre los géneros a casi todos los nivéles y vemos que en las últimas décadas la situación prácticamente no ha mejorado, sino incluso se ha visto empeorar, hay que preguntarse por cuánto tiempo más queremos esperar cruzad@s de brazos sin hacer nada.

Las cuotas femininas nunca pueden ser la única medida para buscar la igualdad entre hombre y mujer en la sociedad pero tienen validez e importancia como una entre muchas. No queremos que sea una excepción que mujeres lleguen a la cima del poder como Angela Merkel o Michelle Bachelet sino que se vuelva una normalidad. El promedio latinoamericano actual de ministras es de 23% y el de mujeres electas en ambas cámaras llega apenas al 20%. Las senadoras representan sólo un 18% y las diputadas un 20%.

Entonces la pregunta no debería ser si nos gustan o disgustan las cuotas femininas, sino ¿que posibilidades adicionales y complementarias se nos ocurren para transformar la sociedad en una más igualitaria?

¿Deberíamos en consecuencia tomar la felicitación por el día de la mujer como una ofensa? SÍ, si se supone que en este día nos deberíamos sentir y nos quieren ver más “femeninas” que nunca. SÍ, si se supone que con tal de celebrarnos un día al año creen que han cumplido con todo su deber. Pero NO, si pensamos en el día de la mujer como en un día más de lucha por nuestros derechos. Y NO, si podemos aprovechar este día para poner asuntos de discriminación feminina importantes y pendientes sobre la mesa del debate público y hacerlos ampliamente conocidos, porque solamente podemos exigir los derechos que sabemos que tenemos!

*Como una grata y muy feliz sorpresa, encontré en mi bandeja de entrada una carta de alguien que por alguna razón ha sido muy importante en mi vida desde hace siete años. Me gustó tanto que decidí postiarla. Gracias Kathi por tu primer artículo en español

1 comentario:

  1. Un día feliz para el hombre.

    El día internacional de la mujer conmemora la lucha de la mujer por participar en la sociedad en condiciones de igualdad con el hombre. Es triste que a día de hoy todavía hay una brecha bastante profunda entre hombres y mujeres. Para mi es un día feliz. Estoy alegre de saber que esa brecha cada día se cierra más. Estoy feliz de saber que tengo cerca personas preocupas por contraer esta rotura, personas con pensamiento crítico y con ideas de cambio. Estoy feliz porque sé que el día de mañana mi pequeña Manuela crecerá rodeada de estas personas. Gracias a todas. Es un día feliz para el hombre.

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