Katherine no conoce la vergüenza, la desidia, el decoro, la mojigatería y el achante

martes, 1 de junio de 2010

Mi negocio de carritos sangucheros

Yo crecí viendo Laura en América, escuchando de polladas y carritos sangucheros, que siempre me sirvieron para hacer chistes de ese país lejano y pintoresco al que yo no iría jamás. Nunca pensé, sin embargo, que se vería como un paraíso ante la idea de un nuevo presidente, con ideas continuistas que yo, por supuesto, no comparto.

Me sorprendí a mí misma buscando en Google los famosos puestos callejeros, cotizando precios, buscando ofertas en Mercadolibre y me di cuenta que eso es lo que quiero. Por eso decidí que después del 7 de agosto me voy a Lima a trabajar en un carrito sanguchero.

Voy a vender los mejores sanguches que los limeños hayan probado en sus vidas. Me voy a poner camisetas pegadas y faldas corticas para llamar a más compradores y voy a ponerle énfasis al acento paisa para ser toda una sensación.

Me emociona la idea de aceptar invitaciones a salir de chicos limeños, no de los que se creen europeos, no; yo quiero de los locales, lo más típico que pueda encontrarme en la zona: que sean una copia chola de la pinta de poncho y sombrero que se ponen ahora los presidenciables colombianos. Me pone ansiosa la idea de verme bailando con ellos cumbias peruanas en polladas bailables, vistiendo de esas falditas popochas que se pone Wendy Sulca y pudiendo utilizar mi tradicional pasito de bailarina de orquesta ochentera de merengue. Estaré en mi salsa.

Cuando el negocio del carrito sanguchero prospere, tengo pensando delegar funciones e incursionar en un nuevo sector: voy a ser la mánayer a la Tigresa del Oriente. He estado escuchando algunos de sus éxitos y yo sé que esa mujer tiene futuro. La voy a poner a hablar en cuanta emisora nos reciba y para la televisión abriremos nuestras piernas y corazones como buenas gatas salvajes.

Le voy a proponer que le pongamos derechos de autor a ese gruñido que hace en medio de las canciones y lo comercializamos con la asesoría de JJ Rendón, quien para entonces será uno de los mejores pagados expertos en márqueting político (o de picardías musicales): haremos ring tones y propondremos cambiar el sonido del zumbido de messenger por el de la sexy peruana; además haremos dummis de la Tigresa y muñecas inflables para los menos mojigatos, y toda una línea de ropa con la firma de esa popular garra.

De pronto hasta hago una obra de buena fe, me animo y termino llamando a Noemí para que sea la que se encargue del carrito cuando yo me vaya a trabajar con la Tigresa. De todas formas las dos tenemos las mismas ganas y tendremos igual de cantidad de trabajo, cuando Santos sea presidente.

6 comentarios:

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  2. Buen post! ya extrañaba yo uno de esos, después de las dos penúltimas pifiadas!

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  3. jajajajajajaa, sos una porquería. Un abrazo sanguchera favorita. Tocará ir a Perú para ha blarle.

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  4. HOLA!!!

    AH, QUE NO......Eso si que no....

    Claro, pensando en huir, pues no. Aca en Colombia somos una cultura de parches, combos, galladas, o como se diga.....cuando estamos "Happy" Lo estamos todos como parche....cuando Santos sea presidente, nos hundimos todos, como parche...claro que si...
    Peru se quedara con las ganas de verla en su puestico made in laura, porque usted, querida mia, se va a embadurnar de ayes y dolores, al igual que todos los demas colombianos cuando lleguen los santos inconvenientes...
    Pos esta...

    UN SALUDO
    STAROSTA
    (UN PRODUCTO DE TU IMAGINACION)

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  5. YA NO QUEREMOS COMIDA BASURA EN CHILE, ESTAMOS HASTIADOS DEL MAL OLOR DE ORINAS PERUANAS EN LAS CALLES Y DE FRITADAS CON HUMO QUE LLEGAN A NUESTROS DEPARTAMENTOS DEL CENTRO DE SANTIAGO. B A S T A!

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  6. Pero yo soy colombiana y vivo en Bogotá!

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