Katherine no conoce la vergüenza, la desidia, el decoro, la mojigatería y el achante
jueves, 15 de octubre de 2009
Una noche de 'cerveza'
Yo no tomo licor. Hago la aclaración para quien no lo sepa, pues sólo así entenderá la dimensión de lo que voy a contarle.
Ayer –hoy para el momento en que escribo esto- quería desesperadamente tomarme una cerveza y no pude hacerlo, porque pareció que mis amigos, allegados y hasta el fenómeno de los niños se confabularon en contra de ese deseo.
Primero fue mi compañero más cercano de trabajo el que se negó a salir a tomársela conmigo y de ahí para allá el repetitivo “mmm mejor el fin de semana, no?” de todos los demás a quienes les mostré mi intención licorera. Finalmente acepté que no era el momento, agarré mi sombrilla y me dispuse a salir de la redacción rumbo a mi casa, con todo y la noche oscura, fría y lluviosa de Bogotá.
Ahora, ya en casa, con las babuchas puestas y el saco de ‘Winconsin’ de capucha calentándome la noche, me doy cuenta que las ganas de cerveza no eran más que ganas de compañía. Enterada de esa realidad medio cruel, empezaron a lloverme pildoritas de verdad con el pasar de los minutos. Compartiré con ustedes, mi selectísimo (casi casi inexistente) grupo de lectores, lo que finalmente resulté aprendiendo de todo esto, así a manera de listado, para facilitar la lectura –y desde un punto egoísta y especialmente por esto, para viabilizar la escritura.
1. Mi perro no ha acabado con lo que le es realmente útil. El resto de las cosas tienen el sello ‘mordida de Marrón Rodríguez Loaiza’ impreso. Se han salvado el radio, la nevera, su propia cama, los platos en los que él come y el ajedrez de Hildebrando. La historia de las civilizaciones, nuestros zapatos de tacón y los jeans que nos hacían ver gordas, están entre la lista de los más perjudicados.
2. Esa obsesión que tenía yo por escribir en letras con serifas, asegurando incluso que la inspiración no me llegaba de otra manera, es pura y física invención mía, alejada a más no poder de la realidad.
3. Cuando hace frío no hay nada qué hacer: a la gente en general le da pereza existir, vivir, respirar. Parece que sólo les diera ganas –el frío, la lluvia, el granizo- de dormir. Yo no soy una de esas personas y por ese motivo sólo encontraré absoluta felicidad el día en que encuentre a otro ser humano que sea tan ‘prolluvia’ como yo.
4. Necesito afecto. Siempre se lo he negado a Felipe (el primero que me despreció la cerveza), pero llegó el momento de aceptarlo. Necesito afecto, no con desespero, pero sí en los niveles que la gente común y corriente. Que viva sola, que mis papás estén lejos desde hace rato y que me crea grande, no significa que no lo necesite. Lo necesito y de malas yo, que hasta ahora vengo a aceptar que soy una humana normalita.
5. Me duermo viendo televisión porque me aburre quedarme quieta.
6. Me da miedo que llueva porque siento que se va a caer el techo y todo ese poder sobrenatural que le otorgo al agua se debe a una frase que escuché de pequeña “el agua se puede meter por donde quiera”. Para mí, el Coco es el agua.
7. Las personas me preguntan si sé dónde venden marihuana porque tengo cara de fumadora, y la cara de fumadora se la achaco a la lentitud que se me quedó de la era de fotochica. Que viva Lucy!
8. Me voy a dormir. Sí, lo acepto: me da sueño, soy muy dormilona, me encanta estar entre cobijas. Lo que no tolero es la cama durante el día. Sí, tengo caprichos, estoy llena de ellos, como las viejitas. Tal vez incluso sea una de ellas. 9:18pm
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muy divertido, me has robado una carcajada...
ResponderEliminarlastima que la cerveza nunca llegó
Hola colega Cumpleabloguera...!
ResponderEliminarHoy, cómo en éstos últimos días, he tenido un día un poco loco, pero desde temprano, le dediqué mis primeros deseos de buena energía, no solo para este especial día, sino este año que apenas empieza..! Exitos pero ante todo, MUCHAS, MUCHAS SONRISAS..! Un poderoso abrazo de alguien que la llevará en su corazón por siempre..!
Ahh, claro, brindo desde la distancia con Cerveza Costeña, de esa que tanto compartimos.!
WALLACE